Salmo 42

Anhelando a Yahveh

Introducción al Segundo Libro

Comenzamos ahora el segundo libro que contiene treinta y un Salmos, y notarán que en este libro se hace referencia a Dios casi exclusivamente por su nombre creativo, "Elohim", en lugar de su nombre redentor, "Yahveh". Los primeros ocho Salmos se atribuyen a los "Hijos de Coré". Este grupo incluía a los descendientes del infame Coré que fue ejecutado por Dios por su rebelión contra Moisés (Números 16). Estos mismos corasitas eran porteros y fueron algunos de los principales músicos de David, y se encontrará que Hemán aparece en lugar de Coré a través de las Crónicas (1 Crónicas 6:31-33; 9:17-19; 26:1,19).

Los Salmos 42 y 43 son "Salmos de Lamento" y, como en el primer libro de los Salmos, este libro también comienza con una introducción de dos Salmos (42,43). Se cree que los capítulos 42 y 43 eran un poema conectado, ya que las mismas condiciones parecen respaldar ambos Salmos. En el Salmo 42, se lee la queja; en el Salmo 43, se lee la oración que responde a la queja. Es probable que este Salmo lo escribiera uno de los levitas que viajaban con David cuando éste huía de Absalón. Estos Salmos son también "maskils" (superscripción), junto con el 44 y el 45, Salmos escritos para dar instrucción. 

Los Salmos 42-43 pueden dividirse claramente en tres pensamientos:

  1. La pasión del corazón del levita (42:1-2)

  2. La cuestión del alma del levita (42:3-10); la fe regañando la conciencia del levita (42:5,11)

  3. La oración del espíritu del levita (43:1-4); la fe regañando la conciencia del levita (43:5)

Observación: el Salmo revela la conciencia. El poeta se queja y cuestiona su fe, al tiempo que se recuerda a sí mismo que hay motivos para la esperanza. Mientras el sacerdote está desterrado y añora la belleza de la casa de culto de Dios, se recuerda a sí mismo que siempre hay motivos para la esperanza.

Propósito: Mostrarnos cómo orar cuando nuestra circunstancia nos ha separado de la belleza de la casa de adoración de Dios, y sin embargo nuestro corazón la anhela.